En esta ocasión querido escritor te invito a que hagas un juego mental. Imagínate que eres adulto y tienes un recuerdo de un hecho lejano en tu memoria. Tratas de buscar en lo más profundo de tu memoria pero tienes imágenes vagas ya que aquello sucedió en tu niñez. Como es natural nuestros recuerdos de la niñez son pocos, pero podemos unir fragmentos de aquello y formar una estructura de recuerdos más consistente.
Escribe una anécdota de aquello y si prefieres puede ser un relato de fantasía, puedes ser un adulto elfo o un habitante de un planeta lejano o un ser humano. Tu relato puede estar inspirado en el género que desees, terror, fantasía, policial. No hay límites. Recuerda que una buena anécdota tiene un final inesperado.Mínimo: 2000 palabras.
Puede inspirarte mi relato:
Aquel año, 1983, sucedió en las calles de mi pueblo. Siempre que contaba esto entre mis viejos vecinos nadie creía, como si no quisieran recordar, muchos lo vimos caminar por las calles queriendo entrar a nuestras casas. No hay persona viva que lo recuerde.
Esa noche, en la madrugada, cuando era niño, la ventana de mi dormitorio daba a la calle, desperté y en las demás habitaciones las camas estaban vacías, sentí la curiosidad de mirar afuera por la ventana de mi habitación y vi la silueta de un hombre de gran estatura y encorvada, no recuerdo con exactitud su forma. Cerré el postigo con cuidado y sin hacer ruido. A una cuadra estaba la carretera, recuerdo que siempre nos molestaba el ruido de los vehículos. La noche era silenciosa, fui a ver dónde estaban los demás, cuando llegué al living vi a mis padres y hermana de cuclillas mirando por la ventana de la calle con todas las luces apagadas.
Cuando mi madre vio que estaba levantado hizo señas de silencio y al oído dijo con un susurro casi imperceptible que tratará de hacer el menor ruido posible. Mi padre nos indicaba con el dedo señalando adónde se veía ese extraño hombre, cuando miré, frente a la casa se veían dos puntos rojos brillantes que miraban para todos lados, y constantemente se perdían entre los escombros de un terreno baldío.
Recuerdo la alerta en la radio a los residentes de la zona. Se pedía que a la noche no saliera nadie porque la policía trataría de capturar al causante de extrañas muertes en el vecindario. Lo había visto y no era un hombre.
Mientras mirábamos mi papá vio que ese ser huyó de su escondite buscando otro refugio y nos fuimos corriendo hacia la cocina para verlo por otra ventana.
No pudimos ver nada ni siquiera escuchar algún sonido que nos diera señas de qué podría ser o adonde habría huido, sentíamos tanto miedo que no hablábamos. Hasta nuestros murmullos silenciosos temíamos que fueran escuchados.
Había pasado alrededor de una hora sin oír nada, temíamos irnos a dormir.
Vivíamos en una esquina, podíamos ver desde todas las ventanas a las demás casas. Así como nosotros, los demás estaban mirando lo mismo, se veían cortinas que se movían y rostros curiosos en todas las viviendas. Todo el vecindario estaba expectante. En medio del desconocido silencio comenzamos a sentir gritos de una vecina pidiendo auxilio. Era una señora mayor que esa noche había quedado sola porque su marido camionero había partido de viaje. No podíamos hacer nada, todo el mundo miraba por sus ventanas, nadie se animaba a salir.
Recuerdo los gritos de mi familia pidiendo auxilio para ayudar a nuestra vecina pero esos recuerdos son vagos y tengo imágenes pasajeras de mucho alboroto. Recuerdo que cuando corrí del living a la cocina tropecé y caí lastimándome el brazo.
Al otro día todos los vecinos estábamos frente a su casa asombrados de ver que su puerta estaba abierta, destruida y llena de rasguños considerablemente grandes, de arriba abajo, la anciana mujer había desaparecido, en su interior había sangre por todos lados. Con el pasar de los años nos enteramos que el hijo de un bodeguero, estaba poseído por un demonio o habría hecho algún hechizo de adolescente ignorante. Por las noches de luna llena se transformaba en una bestia y atacaba pequeños pueblos desprevenidos.
Le conté esto a mi esposa, quien también recordaba un hecho parecido, del mismo bodeguero y que según la gente de allí se alimentaba de las personas que mataba. No sé si fue un caso de un hombre lobo o un muchacho con un trastorno de licantropía.
Volví a mi antiguo domicilio para investigar sobre aquella noche del 83' y logré contactarme con el vecino que vivía frente a la casa de esa anciana. Al hacerle recordar sobre esa mujer me confesó que él lo vio. No era un hombre me dijo. También recuerdo cuando eso salió de tu casa concluyó confesando.
Te invito a que escribas una historia similar. Que tengas un buen viaje en la escritura.
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